miércoles, 6 de marzo de 2024

La memoria se queda en un blog de internet.

Últimamente necesito dejar escrito lo que leo: empiezo a hacerlo, intento subirlo a instagram, no cabe y despedazo el texto. 

Entonces pienso: debería tener un blog donde subirlo, por lo menos para que se me quede guardado limpiamente, algo donde recoger las últimas lecturas sin tantos accidentes, con lugar para la letra. Ya no se usan, pienso, pero yo los leo, entonces sí se usan, entonces abro Blogger y veo que ya hice eso hace 11 años. Veo libros que no recordaba del todo. Veo la fisura en los meses del 2014 y los retazos de una conciencia que no se quedó. 

Veo libros que no he podido olvidar: que son mi ecosistema. Entiendo el eco sobre ellos. 

Veo que olvidé que esto existía: en 2015 la vida empezó a funcionar, después de una franja rara de finales de 2011 a inicios de 2015, especialmente rara de mayo de 2014 a septiembre de 2014, donde todo lo que creía entender murió y con ello, mucha de mi memoria.

2015 fue comenzar a formar parte del sistema de nuevo. Veo que acabaron las lecturas aquí. Recuerdo poco más. Es raro no recordar cosas así. Hace unos meses me pasó en wordpress. ¿Cuántos trozos se van dejando? 

Quizá lo raro es encontrarse. 

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