lunes, 1 de abril de 2024
Bienvaler de Miguel Sánchez Santamaría
domingo, 24 de marzo de 2024
Cómo la poesía
Una amiga de la infancia con la que nos hemos reencontrado (mi infancia de melliza siempre es plural) está rondando, haciendo, queriendo saber la poesía. Cómo estar, cómo escribir, desde dónde. Me pareció una pregunta bonita y le mandé un parrafón que tiene que ver con mi experiencia y con mis propias preguntas. ¿Cómo la poesía?
1. Leer mucho.2. Ir viendo qué es la poesía.
1. Leer mucho.2. Ir viendo qué es la poesía.3. Diálogo, dividido en cuatro patitas.3.1 Diálogo con las lecturas.3.2 Formación.3.3 Diálogo con creadores.3.4 Diálogo con tus propios textos.4. Aprendizaje y juego.
jueves, 21 de marzo de 2024
Poquita fe, Robin Myers.
En Tener dijo «somos injertos», ahora es un bosque.
Me pasó con Corazonada que, de tan inmenso, no he sabido (no sé) cómo dejar la lectura con un sentido que sirva, de alguna forma para contar el libro: cada vez que han surgido debates, que han surgido porque es un libro que, de una manera generosa y diría bruta, ahí te pone no ya un río, un torrente, pero un torrente de agua dulce, y cuando se debate (qué bello que un libro no genere una sola reacción, que mueva) yo solo puedo contestar con frases subrayadas del mismo. Sí, es mucho, sí, se queda uno como si hubiese entrado en una posición distinta del planeta y se sale mareado, sí, como en cualquier poemario, hay textos que brillan más que otros, pero todos tienen brillos: sí, es una escritura inteligente, generosa, que dialoga. Y qué más se pide a un libro, me pregunto, pero cómo contar un planeta entero. Leo lo que la gente que sabe explicarse mejor dice y digo, sí. Oigo las entrevistas y digo, sí.
- Leer a Berta en márgenes y flechas ocupando todos los márgenes de la página me recuerda a mis apuntes: si algo no entraba en el folio donde había 1 idea principal (¿un matiz exacto?)¡alerta! lo podía olvidar al dar la vuelta el folio, así que había que hacer porque cupiese: que la idea estuviera juntita y prieta.
- La palabra cuajadura me hace querer comer postres, y yo soy principalmente de salado: en concreto, me hace pensar en los postres de chocolate blanco y una galleta encima, marca Montero, que son muy de mi madre, sin ser de mi madre la fábrica.
Cruzamos por el ras de la montaña, María de la Cruz.
«sustrato de un impulso muy antiguo»
Esto es Cruzamos por el ras de la montaña de María de la Cruz, publicado en Cántico. @cosamentale_ @canticoed«sustrato de un impulso muy antiguo», el del lenguaje (que claro suena a 11, ya ves tú, y cómo cosquillea en el oído.
«até lo dispar», dice, grieta, lengua, lago.
«(...)mientras nadas/ el arco de tus piernas crea el agua/ tú eres la figura en el paisaje.»
Lo quemado, cauce dorado y liquen, clavículas y toros ciegos.
:::Anotaciones a ras:::
1. La mejor dedicatoria que he leído.
2. Hacía mucho que no leía partir tan bien un verso, ampliando significados. Qué cuidada la mancha y qué encabalgamiento, muy Aníbal, manso y exacto.
3. Veo poema río, con el blanco que lo pausa de página a página. No blanco, crema papel.
4. Color anímico, que tintinea en las sílabas y toca, éste sí, blanquísimo ¿y cómo recordarlo?
5. Qué cuidado al lenguaje, como si fuese una cría y fuera a darle leche con los dedos.
6. Diálogo: el color también se sale de las tripas, anoto.
7. La nieve que nieva me parece que se entiende con la de Lorca.
8. ¿Cómo será leer este poemario al sol?
9. Quien sabe de los cristales, sabe de masticar.
10. Está llenito a onces y así suena. «tuvimos un hogar antes del verde»
11. Me gusta que me hables aunque no sea a mí, aunque no seas tú: viajo a esa montaña.
12. Nombrar como coger.
13. El pozo, la curva, andar y desandar, girar despacio: contorsión.
14. Contusión.
15. «dos corzos indefensos refugiándose/ en todo lo que estuvo y lo que no».
Gracias por «la violenta belleza de los verbos».
Riesgo de hidrocefalia. Marisa Bello
«Seguir tendiendo la ropa no es lo mismo sin los ojos». « »
«ACOSTUMBRE A NOMBRAR la rotura como parte esencial del deseo»(...) ¿Acaso no piensas arreglarte? (...) La violencia no es siempre roja».
Un libro de recuerdo que nos interpela, un libro que nos deja el cuerpo conocido y raro, como el primer exhibicionista que a todas nos queda en la retina, la mano que te toca y que no reconoces en el transporte público: lo que sólo de nosotras a nosotras nos decimos: y sí, cuenta, dice, pero lo hace desde la poesía, hacia la poesía, con la poesía y, por eso, en ese acto de instantánea, nos pone allí y aquí: la acompañamos. «Los amores incondicionales no conjugan» «un galgo congelado» ¿sí conjuga?: la madera se friega de rodillas, «una anciana ladrando» y no saber bien qué hay que decir.
Recordar qué es marcar un número, qué es rodar un número en la baquelita roja para iniciar la llamada. «Escribiremos notas anónimas a una obsesión de la otra fila y negaremos, en firme, haberlo hecho».
Memoria que entendemos, analógica, amarga y algo árida, con el tiempo que pasa y que se queda sobre el recuerdo, sabiendo qué hace el lenguaje y cuándo no hace y se queda corto: tratar de capturar lo que se ha sido, la carpeta de cartón que nos protegía la juventud, subiéndola justo arriba de la boca, dejando la nariz dos dedos más abajo, asomando los ojos, «la manzana completa».
El reconocimiento del daño, de lo que se aprendía, de lo que era dado por supuesto. «Tuvimos varios grupos y algunas abortamos. Del resto nunca supe nada más».
Y luego la maternidad: con todo lo heredado. «FUI MADRE A CONTRAPELO / Di a luz obediente, -siempre, obediente».
Gracias por este libro, @marisabellolopez
«De momento me alcanza el escupir».
Riesgo de hidrocefalia. Premio Internacional de Poesía Marta Agudo 2023. @genialogias
Publica @tiigresdepapel
miércoles, 6 de marzo de 2024
El libro mediterráneo de los muertos. María Ángeles Pérez López
Libro mediterráneo de los muertos de María Ángeles Pérez López.
VI Premio Internacional de Poesía Margarita Hierro. Publicado por @editorialpretextos
"¿En qué partes de ti crece el pronombre?"
Un libro como una herencia. Un libro como sedimento de la lengua.
Tacto, lenguaje, color, lenguaje, piedra, guepardo, lenguaje, cráneo, lenguaje, historia, lenguaje, Nilo y pupila, lenguaje y pupila, pupila y párpado: el cuerpo que se queda en lo oscuro, los ojos que qué miran cuando son los ojos solos y no nuestros ojos, ajenos, galaxia y ceniza.
Lengua de raíz como hilo rojo que teje una biografía de nuestros muertos, es decir del nosotros, es decir del yo en el nosotros, visual, ovalado, con manto y tierra y grito. El pasto del agua con sus cuerpos anónimos. El lenguaje con sus madres anónimas. La conversación con el lenguaje, desde el lenguaje, lagarta valiente del lenguaje cuestionando la distancia, el tiempo, la profundidad del mar, de nuestras memorias.
Endecasílabo encadenado a endecasílabo encadenado y los adjetivos tintineando las aliteradas bondades de la lengua, la proximidad de la sílaba y su danza sonora que baja el zigurat a la tierra, la tierra, la boca, el cráneo, el lenguaje y la boca, la boca anónima al fondo de la boca, la osamenta que permite gruñidos y nombres.
El diálogo de un nosotros y el sonido tildado del gesto. Libro indicativo, libro roca y estambre. Alquimia y poesía. Poesía, poesía, poesía: todo el tiempo, con su estallido.
Libro néctar, libro humano porque "la asfixia es una experiencia mancomunada" y es cierto que "no puedes respirar bajo el barniz" ,"la poesía tampoco cede". Porque "incluso los lirios, las paredes, la tierra más pobre pronuncian un lenguaje que no nos pertenece".
Estaba deseando la calma para leer este libro y no veo manera mejor de iniciar la lectura en este año. Gracias por este universo con memoria animal.
(Lectura publicada originalmente en Instagram, en enero de 2024).
La memoria se queda en un blog de internet.
Últimamente necesito dejar escrito lo que leo: empiezo a hacerlo, intento subirlo a instagram, no cabe y despedazo el texto.
Entonces pienso: debería tener un blog donde subirlo, por lo menos para que se me quede guardado limpiamente, algo donde recoger las últimas lecturas sin tantos accidentes, con lugar para la letra. Ya no se usan, pienso, pero yo los leo, entonces sí se usan, entonces abro Blogger y veo que ya hice eso hace 11 años. Veo libros que no recordaba del todo. Veo la fisura en los meses del 2014 y los retazos de una conciencia que no se quedó.
Veo libros que no he podido olvidar: que son mi ecosistema. Entiendo el eco sobre ellos.
Veo que olvidé que esto existía: en 2015 la vida empezó a funcionar, después de una franja rara de finales de 2011 a inicios de 2015, especialmente rara de mayo de 2014 a septiembre de 2014, donde todo lo que creía entender murió y con ello, mucha de mi memoria.
2015 fue comenzar a formar parte del sistema de nuevo. Veo que acabaron las lecturas aquí. Recuerdo poco más. Es raro no recordar cosas así. Hace unos meses me pasó en wordpress. ¿Cuántos trozos se van dejando?
Quizá lo raro es encontrarse.