domingo, 24 de marzo de 2024

Cómo la poesía

Una amiga de la infancia con la que nos hemos reencontrado (mi infancia de melliza siempre es plural) está rondando, haciendo, queriendo saber la poesía. Cómo estar, cómo escribir, desde dónde. Me pareció una pregunta bonita y le mandé un parrafón que tiene que ver con mi experiencia y con mis propias preguntas. ¿Cómo la poesía?

Lo primero es leer mucho, lo segundo ir viendo qué es la poesía y qué no es, irla trabajando cada vez más como una creación literaria y menos como un contar cómo estamos, que en verdad se hace, pero se trata de que sea desde un lugar diferente, que cambie algo, que cuestione y amplíe.
En esto que te acabo de decir ya habría un montón de poetas que no están de acuerdo conmigo, pero considero que la poesía es una forma de mirar que busca ser distinta al lenguaje cotidiano, al diario, a la conversación. (También, claro, habría un montón de poetas que aquí si están de acuerdo, se comenzaría a ampliar el debate desde aquí con palabras como rito, canto, magia, oración).

Esto que acabo de enunciar es muy importante: hay múltiples formas de estar en lo poético, pero para transitarlas considero que es importante preguntarse qué es lo poético. Eso nos lleva al primer consejo: leer mucho. Entonces por ir resumiendo:
1. Leer mucho.
2. Ir viendo qué es la poesía.

En el segundo punto empiezan ya a surgir muchas preguntas, ¿es testimonio, es imaginación, es metalenguaje, es extrañamiento? ¿Es curación? Y aquí, mientras que lees y te haces preguntas se llega al tercer paso: el diálogo.

El diálogo es con los textos que lees y las preguntas que haces a esos mismos textos y lo que te preguntas en tu escritura, que siempre va a estar a la vez que todos los pasos. El diálogo tiene que ver con el amor, el amor tiene que ver con la atención: considero interesante comenzar a leer libros de teoría, plantear qué es la musicalidad y como funciona, qué es el verso libre, qué recursos literarios existen.
De repente aparece por una parte la «técnica poética», por así decirlo, la parte más de forma, y por otra, la parte de comenzar a jugar con esa forma, el tema estará siempre y desde los temas que te interesan surgen las afinidades de lectura, surgen también nuevos temas: la poesía es un océano. Este diálogo interesa aumentarlo con formación, que es lo mismo: otra manera de empezar preguntas.

La formación que, de nuevo, es invertir desde el amor y la escucha en lo poético, tiene una ventaja grande para sentir que hay direcciones desde donde avanzar: los profesores te cuentan preguntas, alumbran alguna respuesta y, sobre todo, te proponen muchas lecturas adicionales
Otra ventaja importante de la formación es que estás, a su vez, viendo la obra en proceso de otras personas, preguntarse cómo hacen desde su escritura, compartir textos, generar comunidad. Esto se amplia cuando se acude a presentaciones, a lecturas, charlas, cuando se aprovechan los recursos online. Hay mucho conocimiento ahí, se trata de ir haciendo el viaje.

En resumen, los pasos serían:

1. Leer mucho. 
2. Ir viendo qué es la poesía. 
3. Diálogo, dividido en cuatro patitas. 
3.1 Diálogo con las lecturas. 
3.2 Formación. 
3.3 Diálogo con creadores. 
3.4 Diálogo con tus propios textos. 
4. Aprendizaje y juego.

Creo que son esos cuatro pasos, girando sobre ellos una y otra vez. Mientras están estos cuatro pasos está, además, la escritura. En el paso 1 es muy importante aprovechar lo que existe online y las bibliotecas e intentar que esas lecturas sean amplias. Unos autores nos  llevarán a otros. Los pasos empiezan una y otra vez, el viaje de la poesía es circular, no acaba. 

(Esto no es una lectura, pero es una manera de lectura, que me parece interesante guardarme casi como una auto-receta, para cuando el vértigo).

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